sábado, abril 20, 2024

Twitter ha vuelto a Slack y en el camino se ha topado con una sorpresa: casi 90.000 canales activos

Elon Musk dejó de pagar el alquiler de sus oficinas y hasta el papel de baño, y las rondas de polémicos despidos continúan. Su última decisión —cortar el acceso a Slack— parecía tener que ver con esa búsqueda de reducir gastos, pero la realidad es muy distinta. Resulta que esta herramienta de comunicación que triunfa en las empresas tiene un peligro: que la gente las use demasiado, incluso para comentar temas que no deberían comentar. O, en el caso de Twitter, que Musk no quiere que comenten.

Slack desactivado. La semana pasada Twitter desactivó Slack con la excusa de que el servicio debía pasar por un “mantenimiento rutinario”. Jira —una plataforma de gestión de proyectos— también dejó de funcionar y eso provocó un efecto singular: sin poder comunicarse y sin poder registrar avances en proyectos, la mayoría de ingenieros se tomó el día libre según The Verge.

Nada de comentarios sobre los despidos. Aunque Jira volvió a funcionar al día siguiente, Slack no lo hizo. La teoría de que Musk no estaba pagando las facturas se desvanece frente a otro argumento que coge fuerza. Para empezar, puede que Musk estuviera probando a ver si su nueva empresa podía seguir funcionando sin Slack, sobre todo teniendo en cuenta que en Tesla usan Mattermost, un competidor de Slack. No obstante, Musk también deshabilitó el uso de Google Chat para las cuentas de trabajo, algo que se sospecha que podría haberse hecho para evitar mensajes internos sobre los recientes despidos. El CEO de Twitter simplemente quería evitar cotilleos internos.

Slack vuelve, con sorpresa.Finalmente el servicio de Slack parece haberse restablecido, pero según un email interno “todos los viejos canales han sido archivados”. En Slack se pueden crear grupos de conversación por temáticas y en los que están invitados ciertos usuarios—algo así como los grupos de WhatsApp—, pero es que en Tesla había nada menos que 88.188 canales, una absoluta barbaridad teniendo en cuenta que el número de empleados rondaba los 7.500 antes de la llegada de Musk.

Lobotomía. Para algunos expertos esto es como una lobotomía para la empresa, sobre todo porque al archivar esas conversaciones, Musk elimina ese historial de debates pasados e incluso el conocimiento generado sobre todo tipo de detalles técnicos o ideas de negocio.

Un canal para sopas, otro para hablar del tiempo. Durante la pandemia el uso de Slack cambió sensiblemente: la herramienta de comunicación empresarial se convirtió también en una de comunicación más personal e informal. Así lo indicaban en Protocol, donde explicaban cómo cada vez más empresas veían como sus empleados creaban canales totalmente fuera del ámbito profesional. Entre los lectores, algunos confesaban cómo en sus empresas se habían creado canales de nicho como uno dedicado a sopas, para hablar del tiempo y otro incluso para “hablar” A GRITOS (en mayúsculas).

El peligro de conversar demasiado. Esa transformación de Slack en una herramienta de comunicación que va más allá de lo profesional dentro de la empresa es bastante popular, y es normal preguntarse si eso puede llevar a crear demasiados canales que acaben siendo contraproducentes.

¿Cuántos canales son demasiados canales? En Slack afirman que en realidad nunca puede hablarse de “demasiados canales”, sí que es conveniente hacer algo de limpieza cuando hay canales inactivos. Empresas como Kiite mantenían justo ese debate y comentaban cómo las conversaciones no solo pueden distraer, sino ser repetitivas o demasiado largas. Ahí es donde es útil usar establecer ciertos límites y usar características útiles del servicio como los pines para fijar ciertos mensajes con información importante.

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