sábado, julio 27, 2024

Omar Apollo: «Siento un nivel de respeto en el mundo de la música»

A pocos días de su show en Lollapalooza Argentina, Omar Apollo abre las puertas de la intimidad de su home-studio en Los Ángeles. Se muestra motivado por el regreso a los escenarios. Será su primera vez en Latinoamérica y Argentina. Y un detalle eleva su emoción: vendrá al país acompañado de su papá, que tampoco conoce la región.

El creador de «Evergreen» ha trazado un camino sólido desde el lanzamiento de su EP Stereo (2018) y Apolonio (2020), antes de presentar su aclamada ópera prima, IVORY (2021). Su último EP, Live For Me, llegó en 2023. Y aunque la validación de la industria no tardó en llegar -por nombrar uno de tantos logros, en 2023 fue nominado al Grammy como Mejor Artista Nuevo-, Apollo agradece otro tipo de validación: «Para mí significa un montón poder acercarme a productores o artistas que amo. A quien me acerco en el mundo en el que me muevo me trata con respeto». Abrió la gira de SZA, Daniel Caesar lo invitó a Madison Square Garden, por nombrar algunos indicios.

Luego del movimiento disparado por una carrera meteórica, el estadounidense y mexicano traerá un show enérgico con performance vocal y bailable al Lollapalooza Argentina (16 de marzo) y Niceto Club (14 de marzo). «Los festivales son muy divertidos porque mucha gente del público no me conoce y eso me da mucha confianza».

¿Cómo estás?

Estoy en LA, en mi home-estudio, chilling. Terminando algo de música, preparándome para los shows… estoy emocionado de volver al ruedo, va a estar cool.

Venís a Argentina y a Niceto, un lugar muy simbólico, ¿qué significa para vos?

Sí, nunca fui a Argentina, es mi primera vez en Latinoamérica, de hecho. Iba a ir el año pasado, pero me fui de tour con SZA y no pude ir. Estoy muy muy emocionado de ir esta vez. Llevo a mi papá, que nunca fue a Latinoamérica tampoco. Va a ser hermoso.

Al Lolla va mucha gente, fans, público de otros artistas, gente que llega de rebote… ¿cómo querés que la gente se acerque a tu show?

Los festivales son muy divertidos porque mucha gente del público no me conoce y eso me da mucha confianza. Pienso «Ok, es mi primera vez. Tengo que darlo todo y ser mi mejor versión. Tener confianza». Creo que cuando no los conozco también el público es más cool, más loco, más ruidoso… Escuché que el público argentino es una locura. Me dijo un amigo que ya tocó allá. Estoy muy emocionado de ir a tocar mis canciones y verles las caras.

¿Qué podés anticipar del show?

En el show va a haber mucha energía, mucha performance vocal, baile -o algo por el estilo-, buena música, buena energía. Nunca me vi en vivo, pero creo que es un show bastante entretenido.

Se nota que disfrutás tocar en vivo. Ahora estás en el estudio, que sé que es uno de tus lugares en el mundo… ¿cuál es tu zona de comfort?

En mi casa frente a la televisión. Rodeado de las cosas que pongo en el living como arte, muebles… esa es mi zona de comfort. Pero me gusta estar incómodo. Creo que nada se hace verdaderamente en la zona de comfort. Cuando estás incómodo es cuando aprendés y descubrís partes de vos mismo. Me gusta más cantar que hablar frente al público, eso es fácil. Pero sí me gusta hablar en público. Así que diría que el estudio es mi segunda zona de comfort. Ahí me siento confiado, preparado y listo, porque me gusta ensayar y siempre hacer un upgrade. Si siento que no ensayé lo suficiente, me pongo nervioso, pero intento prepararme así que generalmente me siento bien.

¿Qué tres momentos fueron claves para seguir haciendo tu música?

Diría que el primer momento que cambió mi perspectiva de la performance -y mi personalidad por completo- fue la primera vez que toqué en una Arena. Sucedió en tour con SZA en Colombus, Ohio, creo. Estaba nervioso, e imaginé lo peor. «Lo voy a hacer tan mal», pensé. Se me secó la garganta. Salí al escenario y mi voz se rompía, se movía de lado a lado, mi cabeza estaba tan nerviosa, no podía cantar. Es como cuando sufrís bullying en la escuela, eventualmente te volvés… Siento que nunca me volví a sentir tan poco preparado. Pero esa experiencia transformó cómo escucho música, cómo veo la música, cómo la interpreto. Tocar frente a tanta gente que no conocés… creo que eran como 8 mil personas. Sin dudas fue un quiebre, un antes y un después. Y la segunda… (se queda pensando)

No tienen que ser cosas enormes. Las pequeñas cosas cuentan. «Pequeñas-grandes» cosas…

Amo mi auto. En LA tenés que manejar un montón. Tu auto se vuelve como tu pequeña cajita… siempre quise este auto y ahora lo tengo. Un Land Rover Defender. Y es increíble, es mi favorito. Definitivamente es un logro para mí. Y es diario, lo tengo día a día. Solía manejar un Buick Regal modelo 2001. Hay tantos momentos para decirte, algunos no los puedo anunciar aún ¡Pero quiero darte buenas respuestas!

Contame de la nueva versión tuya que comenzó con este gran viaje, ¿cuál es la mejor parte?

Creo que la mejor parte es que siento un nivel de respeto en el mundo de la música en el que me muevo. Y que la gente sabe que me importa y que verdaderamente amo hacer música. Y la gente que sabe, lo sabe. Para mí significa un montón poder acercarme a productores o artistas que amo. A quien me acerco en el mundo en el que me muevo, me trata con respeto. Eso es algo que siempre quise. Y a eso, definitivamente, no lo doy por sentado.

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