Las caricias van más allá de un simple roce, pues están ligadas a la supervivencia humana. Y la ausencia de ellas, especialmente en edades tempranas, ocasionan graves alteraciones emocionales y orgánicas.
Aun en la adultez las caricias son indispensables, la necesidad de ellas, traducida en una dosis diaria, se denomina constante de caricias.
Guillermina Rizzo aborda el tema desde la psicología en su columna para Radio Perfil.
por Guillermina Rizzo