viernes, abril 19, 2024

La guerra de China contra ChatGPT: no quiere saber nada de él hasta el punto de vetarlo entre sus tecnológicas

China ha decidido reforzar su cerrojazo a ChatGPT. Aunque la IA generativa de OpenAI no estaba disponible de forma oficial en el gigante asiático, en la práctica había quien había logrado acceder al popular bot a través de VPN —redes privadas virtuales— y algunos desarrolladores externos incluso habían creado programas con el servicio. Ahora las autoridades del país han querido ir un paso más allá y cortar de forma tajante el acceso: ha ordenado a sus principales empresas tecnológicas que eliminen cualquier solución que franquee el servicio.

El motivo: quiere evitar “información errónea” made in USA.

¿Qué ha decidido China? Reforzar el veto a ChatGPT entre sus ciudadanos. Según detalla Nikkei Asia, las autoridades reguladoras de China han ordenado a las grandes empresas tecnológicas que no ofrezcan los servicios de ChatGPT al público. En concreto Pekín ha dado instrucciones a Tecent Holding y Ant Group, filial de Alibaba Group Holding, para que no ofrezcan acceso al bot en sus plataformas, tanto de forma directa como a través de terceros.

Pero… ¿Funciona ChatGPT en China? No. Y sí. El chatbot, creado por OpenAI y respaldada por Microsoft, ambas con sede en Estados Unidos, no está disponible de forma oficial en China, pero como hecha la norma, hecha la trampa hay quien ha logrado acceder a él. The Guardian precisa dos vías: redes privadas y programas de desarrolladores externos que ahora han desaparecido de las cuentas de WeChat, la popular app de mensajería instantánea china lanzada por Tencent.

¿Qué supone la medida? El diario hongkonés South China Morning Post asegura que desde noviembre habían surgido “docenas de cuentas públicas” en WeChat que incorporaban ChatGPT a través de una interfaz de programación de aplicación (API). Gracias a ellas los usuarios chinos pudieron burlar el veto y utilizar el bot sin necesidad de un número de teléfono extranjero o VPN.

El miércoles el medio hongkonés constató que al menos algunas se han desactivado, incluidas Yibai Technology, Shenlan BL, AI Duihua o ChatGPT Robot. En el caso este último la cuenta concreta que se ha suspendido por “violar las leyes y regulaciones pertinentes”. Otras apps señalan que sus servicios se desconectaron por “cambios comerciales relevantes” o de política, sin aportar más detalles sobre el motivo. DingTalk, por ejemplo, la plataforma de colaboración empresarial de Alibaba, también habría eliminado una guía publicada a comienzos de mes con instrucciones sobre cómo agregar un bot ChatGPT a chats grupales.

¿Y cuál es la razón? Medios internacionales apuntan a un motivo a priori tan simple como peliagudo: el control del flujo de información. ChatGPT es al fin y al cabo una herramienta creada por una compañía de EEUU, un modelo —comenta a The Guardian la doctora Ilaria Carrozza, del Instituto de Investigación de la Paz de Oslo— “entrenado en información abierta basada en países occidentales”.

“Potencialmente plantea muchos problemas [para Pekín] porque la gente podría haberlo usado para plantear preguntas sobre temas delicados, como los abusos de los derechos humanos en Xinjiang, Taiwán, las islas Diayou”, subraya. Hace días medios estatales chinos ya deslizaban que EEUU estaría utilizando el chatbot para “difundir desinformación y manipular la opinión pública” y señalaban en concreto sus respuestas sobre Xinjiang. Cuando se le pide información sobre esa región del noroeste chino, ChatGPT describe los presuntos abusos que padecen las minorías étnicas, incluidas detenciones masivas y los campos de reeducación.

¿Cuál es el contexto? Hace una semana China Daily, diario ligado al Partido Comunista Chino, publicaba un extenso artículo de opinión en el que advertía de los retos que plantea la inteligencia artificial y reclamaba, ya desde el mismo título: “El surgimiento de ChatGPT pide una regulación de la IA”. Uno de los riesgos que señalaba su autor, Calving Tang, era precisamente “la difusión de información falsa” y contenidos “fraudulentos que parezcan provenir de una fuente fiable”.

La medida de los reguladores chinos coincide también con la carrera de algunas de sus empresas y universidades del país para desarrollar chatbots de IA. Uno de los más avanzados sería el programa Ernie Bot, de Baidu, que ya en 2021 lanzó Plato.

Imagen de portada: Owen Winkel (Unsplash)

Latest articles

spot_imgspot_img

Related articles

spot_imgspot_img