En ocho canciones, la artista retrata los vínculos desde su perspectiva de observadora. Lo presentará en el Lollapalooza Argentina en marzo.
Desde Nueva York, en el lobby del hotel donde se aloja y refugia del frío del invierno, Delfina se conecta a la entrevista. Está de vacaciones, cargando energías para lo que promete ser un gran año. Su primer LP ya está circulando por el mundo y en marzo lo defenderá junto a su banda en la edición argentina del Lollapalooza.
El álbum debut de Delfina Campos, Cómo bailan los demás, salió a fines de octubre del año pasado. Aunque ya había lanzado trabajos discográficos previos como los EPs Los Valientes y Aurora, formalmente, este es su primer disco. Con él, tenía ganas de “hacer un corte mental”, suelta. La cantante y compositora escribió este álbum en un lapso de tres meses, apenas estalló la pandemia.
El disco es un retrato de los vínculos desde su óptica de observadora. El título, un recorte de “Hemofilia”. Para ella, la canción “más íntima” del conjunto. “Salís de noche y ansiás una conexión que no lográs encontrar. Y te sentís un poco sapo de otro pozo” (…) “Esa situación de una persona que se siente sola y “mira cómo bailan los demás”.
Es hora de salir a defender la nueva música. Y su primera gran oportunidad es el Lollapalooza. “Estoy muy contenta porque son esas cosas que te hacen sentir que estás creciendo. (…) Llegar a ciertos lugares se siente, son gratificaciones”, concluye.
Formalmente, llegó tu primer disco
Técnicamente. Es mi primer disco porque es mi primer LP. Tenía EPs de tres canciones. En 2017, publiqué un EP que grabé en Nueva York. Un acercamiento más folk, acústico. Con influencias de un sonido más vintage. Después, el segundo EP, Aurora -con “Casi extraños”, “Lento”…-, mi primera grabación más conciente. Ese se fue de Spotify, pero quizás lo vuelva a subir. Con este primer disco tenía ganas de hacer un corte mental.
Es valioso que hoy digas “Este es mi primer disco” luego de años de carrera…
Es verdad que voy bastante despacio creativamente. Es loco, porque tengo rachas de composición. Escribí Como bailan los demás en un lapso de tres meses, apenas estalló la pandemia. Salvo un tema que escribí a fines de 2019. Porque entré en un flow creativo de escribir todos los días. Tenía una rutina muy específica.
¿Qué historia cuenta?
A nivel temático, habla de las relaciones de poder. Cómo bailan los demás tiene mucho de una persona que está observando. Como si alguien saliera a caminar de noche y viera distintas escenas asomándose por la ventana. Y está ordenado en degradé, desde los tracks más oscuros y pesados temáticamente a otros más claros, más ligeros. Sonora y temáticamente, de más oscuro a más claro.
Por eso arranca con “Detrás del espejo”, que es oscuro, denso, que habla de un amor maldito. Y termina con “El astronauta”, que es el relato de una persona que ve a un ser querido morir y elevarse por sobre todo. Es una canción medio espiritual. De hecho, una persona por Instagram me escribió preguntando si se trataba de Jesuscristo. Pero, ¡no la pensé sobre eso!
“Cómo bailan los demás” es una parte de la letra de…
“Hemofilia”. La canción más íntima del disco. Es un retrato muy concreto de algo que -al menos yo- sentí muchas veces en mi vida. Salís de noche y ansiás una conexión que no lográs encontrar. Y te sentís un poco sapo de otro pozo. No me estoy sintiendo vista, valorada, no estoy encontrando alguien que me vea, alguien con quien conectar. Esa situación de una persona que se siente sola y “mira cómo bailan los demás”. Siente que no pertenece. Y esta cualidad de observador está en “Hemofilia”.
Después, hay algo muy lúdico en “Detrás del espejo” y “Ama”. Usé mucho mi imaginación para hacerlas. Hay canciones más autobiográficas, pero en estas dos creé un personaje en mi cabeza. En “Ama”, la letra es totalmente bizarra. Construí un personaje de una mujer súper ultra poderosa, y compuse desde la óptica de esa persona.
Los oyentes crearán su propia película pero, ¿qué te transmitió a vos tu música?
Claramente, me muestra que soy una persona que puede estar muy enfrascada en sus sentimientos y pensamientos. De golpe, puedo estar en mi planeta. Mis amigas me joden con eso todo el tiempo, dicen que estoy absorta en mis pensamientos, mis cosas. Esto del disco de ser una observadora, de retratar distintas cosas, desde lo más real a lo más fantasioso, creo que soy yo hablando sobre los vínculos desde un lugar. Desde un lugar del observador.
¿Escribías pensando que iba a ser un disco?
Sí. Salvo dos canciones que a priori no iban a formar parte del disco. O creía que no tenían mucho que ver. Es loco porque todas las escribí a partir de Ableton Live. Estaba muy cebada con componer ahí. Toda la vida escribí con la guitarra, Aurora, todos mis temas. Estoy un poco saturada de la guitarra, tampoco tengo tantos recursos. Mi creatividad responde a cuando encuentro algo que me entusiasma. Teniendo el mismo recurso hace años, no sale ninguna idea copada. Así que me senté a escribir en el piano, también. “Fases”, “Romance con la luna”. “El astronauta” es la única que salió de la guitarra. Al resto las empecé a demear y maquetear desde el Ableton.
¿Cómo fue esta nueva Delfina compositora?
Hubo algo del juego en mi acercamiento. Laburaba en La Nación, renuncié en diciembre del 2019 y me fui a Madrid. Un piletazo, me fui a ver qué onda. Un primero de enero del 2020. Y me puse a estudiar Ableton mientras sacaba los papeles. Literalmente, el disco es una crónica entre que explota la pandemia, me encierro en Madrid -donde compuse un par-, me tomo un vuelo de repatriación, me voy a un hotel -donde compuse otro par-, después me voy a casa, después me encuarenteno en otro lado…
Sin embargo, no se siente como un álbum pandémico…
No era el objetivo. El disco está condicionado por la música que estaba escuchando en ese momento, por estar componiendo en el software y por lo que estaba pasando, obviamente. Tenía una rutina creativa: me levantaba, ponía un disco y después me sentaba a componer en el Ableton. Mucho Prince, Bjork, Kate Bush, Massive Atack. El acercamiento fue muy del juego. Experimenté con sonidos, colores…. Salió como un vitreaux de cosas con las que fui jugando. Si bien hay cosas melancólicas y tal, desde mi lado fue un “vamos a jugar”. Sabía que quería componer un disco, pero no tenía una idea predeterminada. Sí tenía un sonido que quería lograr, pero no estaba condicionada a priori por el tipo de disco que quería hacer. Maqueteando, me di cuenta de que era un disco con mucha presencia de cuerdas, teclados, baterias electrónicas, orquestación, sin tantos elementos acústicos.
¿Cómo te gustaría que alguien escuche este disco?
Con auriculares, en el balcón, de noche, tomándote una copita de algo, mirando la ciudad. Yo hice eso cuando preparaba el disco. Podría decir el auto, pero creo que eso habla mucho más del disco.
De algún modo, ese es el escenario de tu música
Mi música es introspectiva. Quizás, el día de mañana me entusiasma hacer cosas diferentes. Este es mi sonido ahora. De hecho, me parece maravilloso los artistas que descubren una fórmula y se casan hasta el día de mañana. Pero no siempre es así, hay que salir a defender el disco, es una tortura si queda viejo…
¿En qué anda el periodismo?
Tuve muchos momentos con el periodismo. Tengo una curiosidad muy grande y con el periodismo me puedo acercar a muchos mundos. Hago música, pero no es lo único que soy. La música es lo más mágico de mi vida, y de verdad siento que me salva la vida. En el sentido de que es una cosa muy trascendental. Hay muchos idiomas creativos posibles que me gustaría explorar en mi vida y el de la música es el que más me movilizó hasta el día de hoy. Pero algo que estuve pensando en el último tiempo es que me gusta expresarme. El día de mañana quizás hago una película, o quizás me pinta escribir una obra de teatro. Me gusta la creatividad y expresarme, de forma cada vez más sincera, cada vez más al hueso, que puede tener diferentes formatos. Me estoy dando cuenta que va por ahí. El periodismo es muy amplio, hay partes que no me interesan, otras que sí. Me interesa hacer algo cada vez más genuino y de calidad, sea desde el periodismo, la música, lo que sea.
Directo al Lollapalooza, ¿qué tal?
¿Quién no celebra el Lolla? Los festivales son siempre un reconocimeinto de la obra y al trabajo al rededor de ella, al equipo. Podés tener una obra increíble, pero si no tenés alguien que te ayude, es difícil. Estoy muy contenta, son esas cosas que te hacen sentir que estás creciendo. Tengo tiempos lentos, pero acabo de empezar. Llegar a ciertos lugares se siente, son gratificaciones. El camino del artista no es para cualquier persona.
