Sin Bandera regresa a la Argentina en el marco del @FrecuenciaTour para presentarse el 10 de junio en el Movistar Arena.
La dupla latina más exitosa de la canción romántica y el R&B revela cómo la mixtura de sus raíces y la coincidencia en sus influencias convergieron en un sonido propio, reconocible y perdurable.
Entrar a la casa de alguien por primera vez y examinar la torre de CDs, hace más de 20 años, podía ser el comienzo de una gran relación, o dividir un poco o bastante las aguas en cuanto a preferencias musicales. El equivalente a revisarle hoy a algún amigo o amiga las playlist más escuchadas.
Está claro lo que sucedió cuando Lionel García y Noel Schajris abrieron sus mundos privados y finalmente se conocieron después de que mucha gente le hablara a uno del otro. “No lo puedo creer, ¡tenés todos los mismos discos que yo!”, le dijo Lionel a Noel al indagar en su discoteca. “Recuerdo que estaba el disco de Kevon Edmonds, el hermano de Babyface, que debe haber vendido dos copias en México, ¡yo compré una y el compró la otra! Cuando vio que tenía ese disco, Lionel dijo: ´vos y yo nos vamos a llevar muy bien´.”, rememora Noel desde su casa en Los Ángeles. “Y ese fue el comienzo de algo cada vez más grande. Hicimos nuestra primera canción juntos, “Y llegaste tú” en una hora y media, en el departamentito que tenía yo y fue mágico”, agrega.
Ninguno estaba buscando al otro. Noel acababa de editar su primer disco solista y Lionel, que se conecta para la entrevista desde su casa en México, recuerda que estaba en pleno desarrollo de su música. “Era terrible la afinidad que teníamos por el R&B y esta cosa de hacer armonías vocales, de escuchar al otro las melodías y armonías que tocaba. Dije ´esto me gusta, esto es lo que yo quiero hacer´ y él tuvo la misma percepción. Fue un momento de sincronización muy bonito y extraño. Ya después fue una necedad absoluta con la compañía para que nos firmara, creer en esto, insistir por meses y meses y lograr que se grabara ese primer disco. Fue un trabajo de mucha insistencia y necedad, no fue el camino fácil”.
Noel argentino, cantante y pianista, Lionel mexicano, cantante y guitarrista, dan vida desde hace más de 20 años a Sin Bandera. Más allá de algunos impasses el dueto siempre vuelve y con más impulso que nunca. Con @FrecuenciaTour, gira que los llevará por México, Estados Unidos y Latinoamérica, llegarán al país el 10 de junio para presentar en el Movistar Arena de Buenos Aires las canciones de su último disco “Frecuencia” y los clásicos “Kilómetros”, “Mientes Tan Bien”, “Ves”, “Suelta Mi Mano”, “En Ésta No…”, entre otros.
Hablar desde Argentina con García y Schajris tiene sus ventajas. Los dos aman el país. Y, por supuesto, esta no es la única coincidencia que mostrarán en la charla: son fervientes melómanos y apasionados por lo que hacen.
Lionel recuerda el crecimiento constante que fueron teniendo en Buenos Aires desde la primera vez que el público les abrió las puertas cuando venían de promo, sin las medallas de los dos Grammy Latinos y las miles de escuchas y visualizaciones que después certificarían su camino. Cada paso fue certero y hoy siente que, aunque intentan estar a la altura del público local, siempre se llevan más de lo que ofrecen.
Noel pregunta desde dónde se le habla, comparte con felicidad postales de sus últimas vacaciones este enero como turista en Buenos Aires después de 14 años y celebra que su concierto será cerca de Atlanta ya que tiene muchos amigos “bohemios” tras su paso por el colegio Esnaola, viaje iniciático en su formación como músico.
Aunque en la casa de Lionel se escuchaba puro rock (The Doors, Led Zeppelin) él creció amando a Stevie Wonder, Elton John, Neil Diamond, Lionel Richie y Billy Joel y sus baladas maravillosas. Noel es otro ferviente admirador del R&B. Hoy el argentino se deslumbra con Wos (“tremenda pluma tiene ese chico”) y el mexicano está incursionando en la música country y muy enganchado con Chris Taylor. Ese cocktail los enriquece y los mejora.
Para Lionel hacer baladas románticas fue una decisión natural que tuvo que ver con su voz, además de con sus influencias. “Simplemente fue una elección por la cuestión del instrumento y de lo que me emocionaba más. Creo que lo hacemos desde un lugar muy bonito que es integrando diferentes cosas de nuestras propias culturas. A veces Noel quiere que suene más tanguero y yo más bolero o tienes un elemento ranchero o de R&B que es lo que escuchamos desde que tenemos 13, 14 años. Fue una fusión particular de nuestra herencia latinoamericana con el R&B que es para nosotros el semillero de cantantes más espectacular que ha habido en la historia”.
A Noel hablar de amor es lo que le sale y en este disco está más presente que nunca. “Por eso es tan especial “Frecuencia”, la frecuencia elevada, la frecuencia que nos une, la frecuencia donde sintonizamos pensamientos de amor, porque siempre el amor salva”, reflexiona y continúa: “Estamos disfrutando más que nunca. Eso es lo que te dan los años que, si Dios quiere, ya entendiste de qué no se trata la vida. Entonces ya te focalizás en lo que se trata, compartir, disfrutar, hacer brillar al otro porque cuando más brilla el otro es mejor para todos, trabajo en equipo, complicidad”.
Hablamos de por qué, hace más de 20 años se eligieron para transitar este camino juntos ¿Qué es lo que hoy les confirma esa primera intuición?
Lionel: viendo a Noel tocar el piano y viéndolo cantar sigo volteándome alrededor y digo que no hay mucha gente que pueda hacer lo que hace él. Y es estar con uno de los artistas más capaces que hay de habla hispana, tanto pianística como vocalmente. Es un tipo muy sobresaliente. Componemos muy a gusto y llegamos un punto medio que nos da risa porque decimos “esto suena a Sin Bandera”.
Noel, como decimos en la Argentina, ¿volver con Sin Bandera es como volver a “la casita de los viejos”?
Noel: sí, sí, es la casita donde reside la cuestión esencial, donde siempre regresás y donde siempre brillás más que nunca. Y donde te sentís cobijado. Sin Bandera es nuestro proyecto, es nuestro bebé, de hace más de 20 años, es la bendición que nos hizo mundiales, masivos, nos dio a conocer. Y si podemos volar en nuestras excursiones musicales solistas también es gracias a esa turbina y a esa belleza. Y al público que es por demás generoso y hace que todo tome relevancia. Siento que, 20 años después de esos primeros encuentros donde hacíamos canciones en una hora y media, dos horas y luego nos preguntábamos a dónde ir a comer, seguimos vibrando y siendo felices con la música.
