La sequía que comenzó a mediados del 2022 fue impiadosa con Córdoba, donde se perdieron 660 mil hectáreas sembradas, en su mayoría, con soja y maíz. En estos cultivos se mal logró un promedio del 10% del área originalmente sembrada en el arranque de la campaña, en momento en que los cultivos de verano transitan un período crítico para su desarrollo.
Un informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba reveló el crecimiento de las proporciones de los lotes en mal estado o en situación regular para las plantas hasta el arranque de la cuarta semana de enero.
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por Javier Vence