viernes, abril 19, 2024

Las tecnológicas están huyendo de China. India lo sabe y tiene un plan para captarlas a gran escala

Las buenas oportunidades, ya se sabe, hay que pillarlas al vuelo. La máxima suele aplicarse a la vida personal, pero va igual de bien para los negocios, como quiere demostrar la India. A las autoridades de Nueva Delhi no les han pasado desapercibidos los nuevos vientos que soplan en Asia y empiezan a mover la hasta ahora dominante posición de China como gran fabricante tecnológico, así que han hecho lo más lógico: tirar de chequera para captar el interés de las grandes compañías.

Más allá de las fronteras chinas. Ese es el horizonte que parecen tantear algunas multinacionales tecnológicas. El gigante asiático se ha convertido por méritos propios en una de las grandes factorías globales de tecnología de consumo, pero en Pekín ven cómo hay firmas que buscan alternativas más allá de su territorio para diversificar la producción. Apple produce iPads en Vietnam, país desde el que Microsoft envía también Xbox y Amazon produce dispositivos Fire TV en el este indio.

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El ejemplo más mediático lo deja probablemente la compañía de Cupertino. Hace solo unos días The Guardian recogía cómo Apple ha comenzado a fabricar el iPhone 14 —lanzado en septiembre— en India con una línea de producción en Chennai en la que monta dispositivos para el mercado interno del país. La multinacional de la manzana mordida ensambla teléfonos en India desde 2017, pero hasta ahora sus operaciones se habían limitado allí a modelos más antiguos.

El nuevo movimiento de la India. Con ese telón de fondo, las autoridades indias han decidido mover ficha para que su país resulte aún más atractivo para las empresas. ¿Cómo? Pues tirando de chequera. Como revela Bloomberg, el país planea impulsar incentivos financieros para empresas que se decidan a fabricar tablets y ordenadores portátiles en su territorio, una medida con la que estaría apuntando a firmas relevantes del sector, como Dell, Asustek Computer o Apple, en este último caso con la vista puesta en el ensamblaje de iPads. La meta: incentivar la producción local.

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Lluvia de millones. El plan —desgrana el medio económico estadounidense— contempla ofrecer hasta 45.000 millones de rupias, alrededor de 549 millones de dólares, por fabricante. A cambio, por supuesto, se exige a las compañías extranjeras cierto nivel de inversión durante un lustro.

Los incentivos dependerían además de que los componentes se adquirieran a nivel local. No es la primera vez que en Nueva Delhi deciden echar mano de la cartera para despertar el interés de las empresas. En 2021 la India ya lanzó un programa millonario enfocado también en el ruedo tecnológico, pero sus incentivos no tuvieron gran repercusión en el sector.

No todo es chequera. Así es. Al margen de su política de captación de empresas, lo cierto es que India tiene una potente atractivo para las compañías tecnológicas: su amplio mercado. The Guardian precisa que la India, que va camino de desbancar a China como la nación más poblada del globo, es el segundo mayor mercado de smartphones, por detrás de China, y su tendencia es positiva: el de los ordenadores y tablets creció a una tasa del 12% durante el pasado trimestre, según Canalys.

Ni tampoco demanda. Habría aún otro factor, más allá de los incentivos o el atractivo del mercado local: los costes. A medida que China ha ido ganando fuerza en el sector, desarrollando legislación medioambiental o aumentando el control de la corrupción, su factura de producción ha engordado.

El salario mínimo deja un buen ejemplo. Las tablas de Expansión muestran que si en 2010 rondaba los 69 euros mensuales, en 2020 pasaba ya de 281. A modo de ejemplo, Foxonn buscaba hace no mucho a trabajadores en el noroeste de Vietnam por un salario que, en el nivel de acceso al menos, no llegaba ni a la mitad de lo que pagaba a sus nuevos fichajes de la fábrica china de Shenzhen.

Son negocios… y política. El factor geopolítico influye también. Las tensiones entre Pekín y Washington tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán en agosto y los parones registrados en China al inicio de la pandemia, además su reciente y estricta política de “Covid Zero”, con repercusiones para las empresas, no juegan precisamente a favor del atractivo del gigante asiático.

La guerra comercial ya llevó en 2019 a Donald Trump a encarecer los aranceles a las importaciones chinas y hace poco el equipo de Joe Biden anunciaba también limitaciones en la instalación de “tecnología avanzada” en China para las firmas del país que reciban fondos federales.

Más allá de la India. A la hora de diversificar la producción e ir más allá de China, la India no es la única opción en Asia. Vietnam también estaría beneficiándose de los nuevos vientos que soplan en el sector. The Guardian precisa, citando a analistas de JP Morgan, que Apple apuntaría a producir una cuarta parte de todos los iPhone 14 en India para 2025, además de una quinta parte de sus iPads, Apple Watchs y más de la mitad de sus AirPods en fábricas de Vietnam para las mismas fechas.

Imagen de portada | Karl Janisse (Unsplash)

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